En
días anteriores tuvimos el placer de contar con la visita de Rodrigo Amandi a
la ciudad de Cali. Rodrigo hace parte de Contrast Capital, empresa vinculada al desarrollo de la inversión
socialmente responsable tanto para inversionistas institucionales como empresas
que buscan nuevos capitales provenientes estos fondos.
Es reconocida su trayectoria en SAM indexes, empresa encargada de generar calificaciones y ratings para crear nuevos vehículos de inversión socialmente responsables como el Dow Jones Sustainability Index.
Es reconocida su trayectoria en SAM indexes, empresa encargada de generar calificaciones y ratings para crear nuevos vehículos de inversión socialmente responsables como el Dow Jones Sustainability Index.
De
las conferencias de Rodrigo intentamos unir sus ideas con las posturas que
desde Fortalecerse hemos transmitido desde hace 6 años a nuestras empresas en
la región. De este hecho hemos llegado a ciertas conclusiones, que sabemos que
muchos expertos ya las habrán podido plantear, pero que si definitivamente
queremos compartir con nuestros públicos de interés.
La
creación de valor financiero representada en la rentabilidad ha sido el
imperativo en los negocios. Claro que con esto no queremos desconocer que
existen diversas iniciativas que propendan por posturas alternativas y válidas
como Empresas
Sociales que pueden consultar y conocer de una mejor forma en la página web
de La
Buena empresa.
En
general, las empresas con ánimo de
lucro, buscan de forma generalizada la
rentabilidad. El viejo paradigma que aún
se mantiene vigente en muchos escenarios, plantea un simple ejercicio de
maximización de beneficios de corto plazo, que tiene como pilar asumir el control
de costos internos, pero definitivamente no incorporar las externalidades
negativas a la sociedad. Un modelo que crea valores, destruyendo valores. Esto apalancado en una creencia miope del
carácter infinito de los recursos y que la rentabilidad está por encima de
consideraciones éticas y sociales.
Hoy
la fragilidad social y ambiental de
nuestro entorno reflejado en el calentamiento global, la vulneración de los
derechos humanos y la fuerte corrupción hace que el cumplimiento del logro
(maximizar los beneficios) se gestione de una forma radicalmente opuesta. Este
es el reto de la gerencia del siglo XXI,
el de ser rentable creando valores para mis accionistas e
inversionistas y mis otros grupos de interés.
Que
las empresas sean rentables hoy y siempre, ha sido un objetivo inicial. Nadie
crea empresas para acabarlas al día siguiente. De antemano pone implícito una
noción de largo plazo que durante mucho tiempo fue tema ajeno en las mesas
directivas. Hoy la rentabilidad de largo
plazo plantea el reto de la nueva
gerencia y esta es la capacidad de balancear una ecuación que está en función
de la minimización de externalidades negativas a la sociedad y el entorno, del
control de riesgos y aprovechamiento de nuevas oportunidades que otorga este
panorama y del grado de respuesta a la expectativas de los grupos de interés
vinculados.
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