martes, 22 de mayo de 2012

El Carácter Estratégico de la Responsabilidad Social Empresarial

El origen de este artículo proviene de las múltiples discusiones con colegas profesores y consultores acerca de la pertinencia estratégica de la RSE. Dentro de estas discusiones se ha indagado por la incredulidad de la RSE como una estrategia que ayuda a la alta gerencia a tomar las mejores alternativas disponibles frente al reto de la sostenibilidad. Para nosotros las personas que vivimos y trabajamos por empresas socialmente responsables este hecho no deja ser algo inquietante

Con mis contertulios hemos encontrado pistas acerca de este comportamiento y hemos destacado que muchas empresas entran al tema por lo que yo denomino la puerta de atrás de la RSE y Sostenibilidad. Es decir una empresa seguidora, imita las prácticas del líder  y es esta presión de la competencia la que influye sobre esta decisión. Aquí imitar pareciese un acto sin consciencia, sin reflexión.

El mero acto de imitar supone una racionalidad limitada en el sentido que la empresa ignora toda su historia, su relación con el entorno y cultura, pues pone sobre ella modelos de éxito que no siempre traen similares resultados que los obtenidos por el líder. De nuevo en hilo con lo planteado inicialmente, muchos dirán que al menos estas empresas están entrando al tema, y si es cierto, pero este carácter hace que planes y programas sean insostenibles, pues no responden a una necesidad estratégica ni a una visión de largo plazo. Un ejemplo claro de esto se evidenció en el 2009 cuando se empezaron a ver los resultados de la crisis financiera global, muchos empresarios hablaban que los presupuestos apretados y las expectativas de menores ventas, tendrían efectos negativos sobre los programas de RSE en las empresas. Este hecho refleja la fragilidad en el convencimiento de muchos sectores empresariales por la RSE y la sostenibilidad.

Finalmente la reflexión que quiero proponer es que la gestión en RSE resulta ser el camino más idóneo para lograr el objetivo que a veces se ve tan etéreo de ser sostenible. Hemos visto como muchas empresas con visión de largo plazo a pesar de los abates del mercado, de la extrema competencia, del día a día de la operación de pérdidas y ganancias, mantienen inquebrantable su postura frente a su responsabilidad social con el entorno, pues entienden que las empresas no se hacen para un día sino para toda un vida y que el éxito de trascender a lo largo del tiempo en estos momentos de fragilidad social y ambiental, es abogar por modelos empresariales éticos que promuevan un crecimiento económico orgánico en armonía con objetivos más amplios donde se involucre el desarrollo sostenible de los entornos donde operan las empresas.

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