¿El desarrollo Sostenible del Territorio, sólo responsabilidad de la empresa?

Hace poco se lanzó en la ciudad de Cali, el denominado Pacto Vallecaucano. Esta iniciativa lanzada desde diversos estamentos públicos y privados del departamento que tiene como objetivo reunir a los vallecaucanos frente a un propósito superior de construir región.

El pacto nace de la necesidad palpable e innegable de retomar los senderos de liderazgo con valores que hoy adolece el Valle del Cauca, por eso  creemos que es un derecho y un deber válido que tenemos los vallecaucanos por recuperar y crear nuevos esquemas de desarrollo humano incluyente.

Desde nuestro quehacer dentro de la Responsabilidad Social Empresarial, vemos que las empresas están llamadas a ser actores relevantes en la construcción de este macro propósito llamado Desarrollo Sostenible del territorio. Es claro que las firmas juegan un papel importante, pero no son los únicos con una “responsabilidad” frente a este objetivo.

Las empresas mediante sus iniciativas y prácticas de RSE buscan la sostenibilidad de su operación y su entorno más cercano. Este es el aporte de las empresas, su propia RSE es un activo valioso para crear valor compartido entre las firmas y la sociedad. Su apuesta por el desarrollo del territorio es gestionar su propia responsabilidad social y buscar su sostenibilidad. Este proceso supone la creación de externalidades positivas que el resto del entorno se puede beneficiar. 

Por otro lado, otros actores que tienen cabida en este proceso somos los ciudadanos. Nuestro deber y derecho es ejercer de forma participativa los mecanismos democráticos que se nos han otorgado. Si bien estos mecanismos distan de operar de forma perfecta (tema para otras discusiones y otros artículos), estos resultan ser nuestra forma más expedita de contribuir a la construcción de nuevos escenarios sostenibles para nuestra región.  Otro actor que con rol importante es la academia representadas en nuestras Universidades. Su deber ser está orientado a ser el motor del desarrollo, pues la generación de conocimientos y la innovación resultan ser claves en la competitividad y sostenibilidad del departamento.

Finalmente el gobierno debe ser un claro formulador de políticas públicas incluyentes y reglas claras de juego orientadas a satisfacer las necesidades del colectivo. 

Parece ser que esta construcción de este objetivo (desarrollo sostenible del Valle del Cauca) está compuesta de ideales, pero también creemos que son estos los principios que deben regir este proceso. 

Valoramos la puesta en marcha de esta iniciativa, esperamos que sea un punto de reunión de diversas miradas y sectores y que pueda erigirse como una plataforma para recuperar y crearnos nuevos horizontes y escenarios de desarrollo para nuestro Valle del Cauca.